Vamos a cocinar.

Querid@s amig@s.

Han pasado ya muchos días de ausencia y de silencio.

La explicación para tal retirada no es muy complicada y es algo por lo que la inmensa mayoría de nosotros hemos pasado, estamos pasando, o pasaremos de una u otra forma a lo largo de nuestra vida.

Durante casi cinco años, he disfrutado del cariño, de la calidez y de la gran e insustituible compañía de una chica, una mujer, sin igual. Durante estos años he tenido una relación fructífera y a través de la que he aprendido muchas, muchas cosas. Y por ello estoy muy agradecido.

Desafortunadamente, por una u otra razón, esta relación en la que tanto soporte y amor encontraba, se terminó hace algo más de cuatro meses, desde la fecha de mi última publicación en YouTube.

He estado sumido en una profunda tristeza y he necesitado tiempo para mí, para asimilar mi pérdida, para encontrarme a mí mismo una vez más.

He buscado refugio en la filosofía, la reflexión y la meditación, la soledad y también la compañía de estupendas personas a quienes considero grandes amigos y amigas, que me han apoyado de una manera que nunca podría agradecer con tan solo palabras.

Todavía me encuentro escalando este profundo pozo al que me he caído meses atrás. Cada centímetro de la escalada conlleva un gran esfuerzo, una gran dedicación. Pero a pesar de que algo tan valioso se haya roto de una forma que no podrá ser reparada, sigo adelante. Es hora de dejar de mirar atrás y centrar la vista en la luz que se ve en la superficie.

Hace unos días pude levantarme con un optimismo y una determinación que hasta ahora no había experimentado durante estas etapas de duelo. A pesar de que se acerca para mí un período de exámenes de un intenso estudio, al mismo tiempo ello requiere gran organización y dedicación, de modo que he decidido aprovechar este resurgir de espíritu y retomar mi actividad online.

Poco a poco, cada vez me apetece más y más regresar a estos parajes virtuales cuyos habitantes, de forma tan cálida y amistosa, me tratan como a uno de los suyos, con admiración, respeto y tanta, tanta paciencia.

Nunca me cansaré de repetir lo grandios@s que son tod@s y cada un@ de mis queridos espelufreinómanos. Gracias por todos vuestros mensajes durante estos meses, gracias por vuestros “te echo de menos”, gracias por esos “vuelve pronto”, o los incontables “¡ánimo, Espelufrío!”

De veras. Gracias. Gracias. Gracias.

Y… hola de nuevo. Es hora de encender los fogones, poco a poco. Es hora de cocinar algo de espelufreína. :)

Un enorme abrazo a tod@s, querid@s amig@s.

Nos vemos pronto.