Obviamente, no escribí esto a tiempo. Obviamente, no estoy escribiendo en inglés. En este punto, necesito un poco de familiaridad. Necesito mi idioma de regreso. Suelo usar el inglés para lo no me quiero enfrentar. Hablo en inglés de las cosas que no quiero decir en español. Se vuelven reales. Mas tengo que decirlas. Ya es una realidad.
En el ‘two month update’ iba a hablar de lo difícil que se me ha hecho ser mexicana estando fuera de México. Cuando dejé el país, me prometí no regresar comparando a Inglaterra con México. ‘Es que en Inglaterra...’ Debo aceptar que hubo veces que me puse a pensar que debí haber nacido aquí por lo feliz que me siento caminar en las calles de Londres. Pero no es así. Puedo ver con ojos de amor este país, está cultura porque nací fuera de ella. Y puedo ver sus fallos también, como veo los nuestros. (La comida no es buena, fueron hasta la India por especies para no usarlas...). Mas me encuentro queriendo hablares de mis país a todos. Cada vez que me preguntan sobre algo mexicano, me lleno de orgullo y trato de explicar lo mejor que puedo. Después el presidente habla y me hierve la sangre. Es querer darme cabezazo contra la pared. Déjame estar orgullosa de mi país, AMLO. Cada día, lo haces más difícil.
Ese era mi pensamiento inicial, después los feminicidios en México ocuparon la primera plana. Después los estudiantes asesinatos en puebla. Después la balanceará en Cholula. La organización que vi en mis contactos en las redes sociales, mis amigos, los que sigo me dejó la piel chinita. Más de una vez se me llenaron los ojos de lágrimas al ver cómo mi generación ha crecido y estamos dispuestos a pelear. Ver a mi universidad, juntarse con otras del estado, donde van compañeros de mi secundaria y prepa, amigos tomar las calles de Puebla para una marcha histórica, es algo que me dejó sin palabras. La situación es horrenda, claro pero la respuesta me tomó de sorpresa. Deseaba estar en México para gritar y marchar con ellos. Pero estoy acá, al otro lado del mundo y comparto lo que ellos gritan. Después el día de la mujer. Nunca había tenido tantas ganas de ir a una marcha. Ponerme colores que no uso (morado y verde), alzar el puño o una cartulina y salir a marchar por las que ya no están y por las que seguimos aquí. Las fotos de la Ciudad de México adornada de jacarandas y feministas es algo impresionante. Es historia. Estamos haciendo historia. Aquí tienen sus rollos políticos y sociales pero mi corazón está en México. Quería hablarles a todos de lo impresionante que es esto. El paro al día siguiente. Mi aportación fue desaparecer en línea. Fue difícil pero ver como impacto y afecto al país... wow. Hubiera dado lo que fuera por haber estado allá, sentir el silencio, la tensión y todo. Insisto esto es historia. No estoy ahí para vivirla y si para contarla. Ser una mujer mexicana es difícil, cada día más. Aun así, estoy orgullosa de serlo.
Esta era mi reflexión como update, tendría que contar como me ha ido acá ¿no? Pues nos llegó el corona pero para el siguiente post.
