(via books-love-crazythings)
Fantasmas de las navidades pasadas
Diciembre comenzó prácticamente desapercibido para mí, tanto así que vamos a poco más de la mitad del mes y la fiebre navideña aun no me toca.
Cuando era niño apenas entraba diciembre no podía esperar a ver el pino colocado en alguna esquina de la sala bañado en luces navideñas y la escarcha de diversos colores, igualmente las esferas mayormente rojas que simulaban algún fruto que no podías determinar, es que bueno, es un pino.
Contabas los días para que fuese 25 de diciembre y te levantaras pasadas las diez de la mañana, por que te habías desvelado la noche anterior durante la cena de noche buena, y corrías a ver tu árbol que con suerte tendría más de un obsequio. Tal vez no siempre era lo que querías pero igual y Santa Claus creyó que era lo más apropiado esa navidad.
Las cenas con mi familia, en casa de mi abuela, siempre eran divertidas, bailábamos, cantábamos, jugábamos. Éramos tantos en esa fecha que era imposible no pasarla bien. Pero los que antes éramos niños crecimos y poco a poco había menos gente en las cenas familiares.
Creces y que pasa cuando te enteras que el personaje de rojo que creías te traía regalos no existe y siempre han sido tus padres los que depositaban tus regalos bajo el árbol. No lo sé, la verdad siempre me pareció algo inverosímil dado que mi casa no tenía chimenea, supongo que igual no haría falta, la verdad no recuerdo haber sentido algo en especial ante tal revelación.
Resulta asombroso como mientras creces tus intereses van cambiando, cuando antes pedias juguetes, ahora pides algún teléfono de moda, claro que en mi adolescencia no existía todo lo que hay ahora y nos conformábamos con lo que estuviera de moda en ese momento. Ahora, tus gustos se van enfocando en cosas más esenciales, quizá ropa o algún libro.
A los 15 tu espíritu navideño se limita a esperar diciembre por que habrá vacaciones y algunas posadas y por supuesto alguno que otro regalo. Incluso ver la ciudad entera adornada con luces u otros adornos que te hacían sentir que en verdad la navidad se acercaba. Personalmente siempre me gusto la navidad y ayudar a colocar los adornos, luces y demás cosas por la casa y el pino que nunca falto. Cosa que al menos hasta hace un par de años aun hacía, pero cada vez con menos interés que antes.
Llegando a la universidad mi navidad se limitaba a las cenas navideñas, reuniones con amigos y a esperar que pasaran la película El Grinch, que siempre ha sido mi favorita, cosa que no siempre pasaba ya que habían tenido la genial idea de pasarla un mes antes y en navidad difícilmente veías una película de navidad. Aunado a esto me desvivía tratando de encontrar una fecha en donde pudiéramos coincidir todos mis amigos y yo.
Los regalos ahora han pasado a la historia, ya no espero regalos pero se agradece cuando alguien se toma la molestia de dar alguno y si puedo también los doy. Si la ciudad ha sido adornada con motivos navideños, la verdad, no me he percatado de ello. Esta navidad no habrá pino en casa, solo un Santa Claus pegado a la puerta y tal vez algunas luces. Mi familia se ha separado así que, para que molestarse.
Claro que la cena en casa de mi abuela sigue en pie, eso tal vez será lo que nunca cambie, somos menos cada año pero quizás esta vez seamos más.
Ojala y pasen El Grinch.