“Cuando tengo una evocación de ti, por ejemplo, te recuerdo como eras en la relación-nosotros concreta conmigo, como una persona única en una situación concreta, como alguien que intercactuó conmigo.
Te recuerdo como una persona vívidamente presente para mí con un máximo de síntomas de vida interior, como alguien cuyas vivencias he presenciado en el proceso real de su formación, a quien yo, durante un tiempo, iba conociendo cada vez mejor, cuya vida consciente fluía en una sola corriente junto con la mía y cuya conciencia estaba cambiando continuamente de contenido. Sin embargo, ahora que estás fuera de mi experiencia directa, no eres más que mi contemporáneo, alguien que meramente habita el mismo planeta que yo.
Ya no estoy en contacto con el tú viviente, sino con el tú de ayer. Tú, en verdad, no has cesado de ser un yo viviente, pero tienes ahora un 'nuevo yo'; y aunque soy contemporáneo de él, mi contacto vital con él se ha interrumpido.
Desde el último momento en que estuvimos juntos, has tenido nuevas vivencias y las has enfocado desde nuevos puntos de vista. Con cada cambio de vivencia y enfoque te has transformado en una persona levemente distinta.
Pero en cierto modo yo omito tener presente esto en la praxis de mi vida diaria. Llevo tu imagen conmigo, y sigue siendo la misma. Pero entonces oigo decir, quizá, que tú has cambiado.
Y luego comienzo a mirarte como a un contemporáneo; no cualquier contemporáneo, sin duda, sino alguien a quien yo conocí en un tiempo íntimamente.”
Alfred Schütz, "La construcción significativa del mundo social"