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Landaeta, el shamán de los Yaruros del Capanaparo, espera sosegadamente la salida del sol, después de una actuación de nueve horas durante la cual fumó innumerables cigarros, bebió “carato” y comió tciupah, un narcótico. Su mujer, que lo atendió durante toda la noche, está sentada a su derecha.
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
El shamán Landaeta tejiendo un chinchorro. Las hamacas son fabricadas por los hombres.
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
Landaeta, el shamán de los Yaruros del Capanaparo, espera sosegadamente la salida del sol, después de una actuación de nueve horas durante la cual fumó innumerables cigarros, bebió "carato" y comió tciupah, un narcótico. Su mujer, que lo atendió durante toda la noche, está sentada a su derecha.
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
El shamán Landaeta tejiendo un chinchorro. Las hamacas son fabricadas por los hombres.
[c. 1933-1934]
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
Tan pronto como el fresco de la noche se disipa, los hombres salen a cazar y las mujeres a recolectar raíces y semillas. El equipo de las mujeres consiste en un cesto, sujeto con una banda que pasa por la frente, y la estaca para escarbar. Los niños son cargados a horcajadas sobre la cadera, o en una red. El vestido original de las mujeres es el cinturón que se muestra en las fotos, usado aun si la persona posee una camisa.
Vincenzo M. Petrullo Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela 1939
Vincenzo Petrullo, Los yaruros del río Capanaparo, Venezuela.
