Depresión Arquitectónica
En algún momento de nuestras vidas experimentamos depresiones que nos hacen dudar de quienes somos, hacia dónde vamos y si en verdad es el camino que hay que seguir para lograr lo que realmente deseamos. En el caso de la arquitectura las crisis son reflejadas en la manera de ejecutar, conceptualizar y visualizar los conceptos de esta disciplina. Principalmente sometidos y limitados por la economía de cada país, que es afectada de la misma manera por un cuestión global inevitable.
Toda depresión es pasajera o en muchos casos permanente, mucho depende de las herramientas o situaciones que se tengan para salir de ella, principalmente por la ayuda. Las economías globales funcionan de la misma manera a las emociones humanas, creando ya sea oportunidades de cambio que reestructuren modelos más sólidos basados de las experiencias previas y su profundo análisis, para así llegar a un nivel de desarrollo deseado.
La arquitectura contemporánea de este nuevo siglo XXI ha estado en una depresión de carácter constructiva; ha habido más discursos, reflexiones y teorías que edificaciones. En estos tiempos la arquitectura es expresada más con letras que con ladrillos.
De la depresión constructiva a nacido el pensamiento crítico de diversas fuentes, niveles y contextos. Los que se llamaban o se hacían llamar “stararchitects” ahora se quitan esa etiqueta, no porque no les guste o no lo deseen, sino porque las circunstancias económicas globales los han forzado a desetiquetarse de tal galardón social , merecido o no merecido.
Ahora la arquitectura o construcciones de carácter “3er. mundista” es una manera cómoda de canalizar la profesión y de concientizar aquellos que estaban acostumbrados a tener sobrados y caprichosos presupuestos para desarrollar determinadas obras; aparentemente entramos a un neo-neomodernismo que abastece de las necesidades básicas funcionales de habitar los espacios junto elementos sustentables aún sin definir completamente en su viabilidad.
Parece ser que se dio un paso y después nos regresamos dos; ahora al igual que los inicios del del siglo XX específicamente en tiempos de posguerra; la reflexión teórica y crítica ha sido refugio de muchos arquitectos; no por falta de ideas, sino por falta de capital monetario y materialización de esas ideas. Para muchos ésta pareciera ser una depresión profesional, para otros una oportunidad de replantear lo que se ha hecho, como se ha hecho y para dónde se quiere ir, nuevamente.
Esto puede ser un ciclo natural e inevitable, las grandes construcciones con presupuestos económicos inagotables de miles de metros cuadrados construidos con formas irregulares caprichosas, se han minimizado a limitados presupuestos y escasos metros cuadrados con formas ortogonales condicionados. Esto no quiere decir que el primer panorama sea el ideal y el segundo no lo sea; Esto quiere decir que la búsqueda del equilibrio y las prioridades al igual que las humanas está en un evidente desequilibrio y por lo tanto en una aparente crisis.
Por otra parte la arquitectura es una línea más de diversas líneas paralelas que se extienden con el tiempo basados de las circunstancias y decisiones de cada época para su evolución óptima, teniendo que estar relacionada e interconectada de alguna manera y forma para que funcionen esas hipótesis; la conciencia humana cada vez es más despierta y los flujos de información son más inmediatos; pero en cambio las emociones humanas y los modelos económicos siguen siendo los mismos, frágiles y susceptibles a las crisis, de los cuales nos seguimos basando para hacer cambios y evolucionar como especie y la manera de cómo vivimos.
Las depresiones nunca son agradables pero son siempre necesarias, porque generalmente nos obligan a dar ciertos pasos, reflexionando sobre lo que ha fracasado en el pasado; para así poder proponer cambios viables dentro de un sistema aparentemente definido e inamovible en los modelos o maneras de vivir e interactuar en los espacios y en la sociedad.
En esta vida al igual que la arquitectura se viene a experimentar, a jugar con la prueba y el error aprendiendo de nuestras fallas y aciertos, esperando encontrar el famoso equilibrio del cómo vamos a vivir en el siguiente periodo de tiempo.